Actualidad

El corazón, aquel que parió La Era, agoniza, cada vez está más débil, cada día muere un poco...

Está el Amor!

Sí, está el pálpito en el corazón. Están las ganas desesperadas de verte. Están esos nervios en el estómago que alguien comparó con el hecho de tener revoloteando mariposas dentro. Está el suspiro hondo cuando me besas. Y están las palabras, también las palabras… Pero lo que verdaderamente pone de manifiesto nuestro amor no es nada de eso… Existen entre nosotros hechos que ponen sello a lo dicho y sentido: Está el respeto mutuo, el respeto al hombre y a la mujer, el respeto al amigo y amiga. Está la libertad en un muy amplio concepto. Y está la confianza de la comunicación más profunda con el/la amigo/a con el/la amante. Están las cosas superfluas y lindas. Están las cosas importantes. Está la Felicidad.

A mi otra yo

Odio a esta mujer en quien me convierto una vez al mes. Es una boba sensiblona que no puede ver la escena más cotidiana de amor o desamor, porque enseguida se pone a lloriquear. Es una chiquilla malcriada, caprichosa, e inconforme con todo lo que pase a su alrededor... Carece absolutamente de capacidad de análisis en materias importantes, es indecisa e insegura, todo lo contrario a la mujer que soy el resto del mes.

Si me conoces en este momento, ten paciencia, por suerte su visita tiene fin y solo permanece en mi un máximo de una semana.

A mis amigos, familia, y amor, les pido también paciencia, ellos la ven con más frecuencia...

Pero sobretodo les pido que no me olviden, en unos dias vuelvo a estar con ustedes.

Ojos de Mar

Soy todo lo que tus ojos de mar ven, soy animal nocturno, mariposa de lugar húmedo y caluroso, Soy planta de Sol, pez del mar caribe y viento de montaña. Soy criatura salvaje de África y agua del Río Amazonas. Soy en ti todo lo natural, y llevo dentro todos los colores de la tierra.

Me rindo

Funde la carne con la carne, el beso en la saliva, guarda el suspiro en mi oído, cobíjame y quédate en mis brazos y en mis piernas, no apartes tu piel de mí, acógeme el alma en tus ojos y no me dejes salir.

Síndrome del Miembro Fantasma

Esa mano que se acerca desde mi espalda, cruza mi cintura y se ancla en el pecho con mi mano cada noche...

Incapacidad del amor mediocre

Tengo una incapacidad que no sufro, ni padezco. ¡Gozo! de la incapacidad para amar a aquella persona que, en una buena obra de teatro no se emocione con una actuación sublime, o que la buena música no le haga vibrar, o con quien no pueda hablar de los libros que hemos leído, aunque no nos guste la misma literatura, que sólo sea por el atractivo de una conversación interesante. Estoy absolutamente inhabilitada para amar a la persona, para la cual, los atardeceres no son más que el fin de un día; alguien que no quede inmóvil mirando el óleo natural que transforma el día en noche, no es para mí. Soy insensible al amor de aquel al que no admire porque sus conocimientos sobrepasen la frontera de los míos, o por tener convicciones firmes apoyadas en criterios que demuestren inteligencia y principios. No puedo, bajo ningún concepto, excederme de cierta cifra ínfima de orgasmos físicos, terrenales, vacíos. Veo a mucha gente día a día conformándose con amar a una persona por razones vagas, temiendo quedarse solas o que nadie les ame. Reconozco haber sentido esta emoción de terrible soledad, y haber pensado que se curaría con un amor trivial. Pero mi incapacidad me ha salvado de un amor rutinario, escaso de emociones tan fuertes que el corazón casi no puede aguantar, de un amor adormecido y enjaulado por la influencia social. Soy incapaz de amar de manera mediocre, de pararme en la frontera de aquello socialmente aceptado e impuesto, y no ver más allá, de estar al borde del amor y no tocarlo, no acogerlo en mí y llenarme de él.