viernes, 31 de octubre de 2008

Sin los pies en el suelo


Cómo pudiese describir la dulzura de un andar descalzo por la vida.
Mis pies atados a la tierra bailan el carnaval que impone el viento cuando los roza.
Tengo un vestido que cae sobre mi cuerpo como el agua que desciende de las montañas.
El frío del piso acoge mi cuerpo y río, río y grito de felicidad por la vida (acostumbro a ir gritando por la vida).
Ahora vuelvo a sentir magia, aquélla magia que sentí perdiera durante tanto tiempo.
No quiero que acabe mi risa.
Quiero siempre reír, siempre caminar descalza y ponerme a dar vueltas en el lugar como loca y reír y gritar hasta que no me quede aliento más que para tumbarme en el suelo y ser tan feliz como lo era antes.

Laura Sagué
Mayo/2006

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